APOLOGÍA DEL TANGO
Letra Enrique Maroni
Triste, sensual, dormilón, mezcla de risa y lamentos, vuela de los instrumentos y se mete al corazón. Allí enciende la pasión que en el alma está dormida, nos habla de la querida, del amigo traicionero y es un grato mensajero que se nos cruza en la vida.
Por eso, cuando lo siento, le abro de mi alma las rejas y entra cantando sus quejas a amargar mi sentimiento. Entonces, mirá, no miento veo que en mi pecho anida todo el dolor de la vida y por eso me encurdelo; tengo hambre de consuelo y lo busco en la bebida.
Tango que me hiciste mal y, sin embargo, te quiero porque sos el mensajero del alma del arrabal; no sé qué encanto fatal tiene tu nota sentida, que la mistonga guarida del corazón se me ensancha, como pidiéndole cancha al dolor que hay en mi vida. Por vos he morfao más canas que pelos tengo en el mate, por vos hizo el disparate de envenenarse mi hermana. No hay bochinche ni macana que en tu homenaje no hiciera, y en la fiesta arrabalera, donde campeas con honor, me diste siempre valor pa' hacerle frente a cualquiera.
Tango de triste motivo, cuando pienso tu chamuyo, se queda en mi alma el arrullo de tus cantares, cautivo. Por eso, cuando percibo tu melancólico son, me acongoja la emoción de tu rezongo compadre, y entonces pienso en mi madre y me llora el corazón.
Es cosa linda y fiereza, es cachetada y caricia, tiene amargura y delicia, tiene fealdad y belleza. Es la infinita tristeza que a ser malo me convida, es la cárcel, la guarida, mis versos y mi guitarra; el tango es como una garra que se ha clavao en mi vida.
|