Tú ausencia...


Qué poco queda de aquel tiempo de rosas
y que oscura nada embarga
mi gélido presente.
Con los brazos en cruz ante el destino,
me detengo un instante
y tu nombre vuelve a alborotar mi alma,
como aquel día en que llegaste.
De qué sirve la vida sin tu vida
y sin el beso de tu luz en mis pupilas.
Sentido atardecer que sangra
con la herida abierta de tu ausencia.
En almohada de olas vespertinas
descansará el dolor
y todo volverá al eterno equilibrio
entre las aguas.

Maldita soledad que desdibuja
el gris azul de la mirada
y me vuelve animal
que sueña con la muerte.

Remembranzas...